Este pasado Domingo 11 de Julio se celebró la entrega del remodelado Templo de Santo Domingo, trabajo que desarrollaron diversos especialistas durante alrededor de tres años.

El Templo fué construido en tan sólo tres años, de 1746 a 1749, se consagró en Mayo de 1750. La construcción se realizó sobre un terreno que tiene un movimiento geológico paulatino, las capas se deslizan a causa de la humedad en el subsuelo.

Contaba con graves daños estructurales que representaban un grave riesgo para la estabilidad física, además de dañar los retablos dorados, la pintura de caballete y las pechinas.

Director General del INAH, embajador Alfonso de María y Campos Castelló: Agradeció a la Gobernadora por la visión que ha tenido en Zacatecas Ciudad que ya es Patrimonio de la Humanidad, lo más dificil no es llegar a tener esta categoría sino conservar el status.

Tomaron años a los Jesuitas construir esta belleza y tres años en rescatarlo, lo que tenemos que hacer todos es vigilar esta conservación, cuidar esta conservación.

Tenemos que vigilar que estos monumentos sigan siendo conservados, sigan siendo trabajados por especialistas.

Amalia García Medina, Gobernadora del Estado de Zacatecas: Las columnas no tenían una cimentación sólida, lo de abajo era escombro, el único lugar que tenía una cimentación sólida era precisamente donde está el altar. ¿Cómo se pudo sostener este edificio? Resultaba verdaderamente impresionante. Agradeció a todos quienes hicieron posible recuperar el Templo.

Obispo de la Diócesis de Zacatecas, monseñor Carlos Cabrero Romero: A la entrada del Templo en su parte superior encontramos un escudo con estas siglas: AMDG Ad Maiorem Dei Gloriam (A la mayor gloria de Dios), esta frase es la que ha caracterizado no sólo el espiritu Ignaciano sino sobretodo ha sido la característica de las obras del pensamiento y obras de los padres Jesuitas.

Para San Ignacio de Loyola, su fundador, dijo: Que todos lo que se hiciera y estableciera todo fuera dirigido para una mayor gloria de Dios y así se hiciera con mayor perfección.

La iglesia ha considerado siempre que el arte es un instrumento de capital importancia para evangelizar e instruir al pueblo y confirmarle en su adhesión a la fé y estimularle a la practica de las virtudes, por eso creo que el arte sacro debe ser también no sólo bello sino didáctico y seductor al mismo tiempo.

La finalidad de este Templo, no solo es el arte y su belleza sino es un sigma eminentemente religioso que nos ayuda a mirar un pasado en que Dios mereció lo mejor del hombre, y en el que ahora valorando la restauración de esta obra, podemos decir que es la invitación para seguir brindado a Dios lo mejor que lleva el hombre en lo más profundo de su ser y así seguirlo expresando en las múltiples actividades en las que el hombre hoy se realiza.